El recuerdo fracturado
Plaña arrinconado
Es un endeble suspiro atormentado
Que se niega a claudicar
Ante las olas de un colérico mar
Sus lamentos vienen a jugar
Y se impregnan cuan arpía
Con alma de niño acongojado
Que añora la calidez
De su legítimo hogar
Se burla el amanecer
Humano, cínico descontrolado
Cuando sus rayos se dejan entrever
Quebrando eufonías y salivando hipocresías
Ente de veracidad aguijoneada
¡Qué los demonios se despierten con vuestra llamarada!
¡Herejes dancen de par en par
en el alquitrán del agujero señorial!
En sueños os he visto pintar con daga de plata
Vuestro corazón ancestral
Y por más que os he visto dudar
Gallardo empuñas un himno
Epinicio de insólito destino
Y noctívaga perpetuidad