
Me dedico a tu mirar,
corazón salvaje – bardo de canto brutal
sobre el vaivén de las tinieblas
azoradas por tu pasión sanguinaria.
Me dedico a tu mirar,
corazón antiguo – seductor de las estrellas
en el rito de las estelas de almizcle dulce
y hoguera primordial.
Tu voz se hace entrever sin palabras
sobre mi piel desatada en el grito del placer eterno,
y cada noche adulo tu esencia bélica
en el romance fiero de la bestia
que en sí encuentra propio anhelo.