Tú que en inconsciencia llana te arrastras
Tratando de enterrar la verdad anclada
No mires a la llama, huye si tu nombre aclama
Es realidad consternada, ilusión supurada
La plaga que halaga la caricia del mañana
Tras la verja y sus cimientos
Tras la verja en rojo y negro
Yace entre los yermos
Con el alma ensangrentada y los ojos soñolientos
Susurros en la noche, viperinos caminantes
Vestidos en bronce y carne
Lóbregos aspirantes de un destino sempiterno
Ave sin dueño, criatura de los cielos
Vuela alto y vuela lejos
O el veneno te surcará la sangre
Convirtiéndola en vasto hielo
~*~
Cuando el acogedor velo de recónditos sentimientos caiga
Bajo la mirada de una luna amargada
Y no haya otro cuento que alimente ese encantamiento
En rebeldía destemplada
Las campanas del desaliento
Se escucharán en el silencio
Lágrimas correrán y sueños morirán
Y jamás se olvidará, en el corazón, la herida mordaz
La huella fatal de una deidad abisal
Sepultada en ensimismamiento
Que solo añora el momento en que la luz se apagará